Se dice que la pareja tiene cinco fases: Elección, consolidación, crianza, crisis vital, y vejez. Si pudiera elegir cual de ellas es la más importante diría que es la elección. Se escoge a una persona por lo que siente en el momento de conocerse y no por lo que se quiere a largo plazo. En ese momento se está tan secuestrado por la atracción psicológica, física, social… que se piensa poco en la semejanza. La idea es que si uno encuentra a alguien y quiere caminar con esa persona es que vayan en la misma dirección.
El Arte de amar
Estamos acostumbrados a ver películas románticas donde la protagonista y el protagonista siempre acaban juntos. Lo que no nos dicen que quererse no es suficiente. Como diría Erich Fromm, el amor es un arte. Sobre todo, cuando hacemos auténticas malabares para no entender como nuestro entorno influye en la pareja.
La Realidad
No hay más que ver Hollywood. Es decir, aparece la ilusión de que la idea del amor funcionará. Y a pesar, de que deseemos que funcione fracasamos en el intento.
Intentarlo
De hecho, hay una frase muy socorrida: ¿Lo intentamos? Como si de una especie de ensayo. Y si no sale bien… diremos eso de… no somos compatibles. Y sin solucionar nada (vergüenza, culpa) … seguiremos intentándolo.
Menos con mas
Hace poco pude leer algo que decía algo así como: Hay que amar menos y con más calidad. Lo preocupante en este caso en que nadie se haga una autocrítica de la forma en la que ama. Sobre todo, para que pueda trabajarlas.
Evidentemente, las estadísticas dicen que con el confinamiento hay más divorcios o separaciones. Tal vez, no sea la convivencia, la crianza o crisis vital. Por un lado, nos educan en movernos en grupo, mientras que, por otro lado, nos educan en individualidad.
Esas tendencias nos llevan a alejarnos. Hay que luchar contra esa ansiedad por la separación. El que decide se implica, se esfuerza, prospera, si ambos, deciden luchar, más posibilidades de triunfar. Por tanto, el objetivo es aprender amar.
Fantástico!!!